lunes, 28 de mayo de 2018

La primera Comunión de Carmen

¡Hola! Nuestro broche de oro a esta temporada de Primeras Comuniones ha sido la de Carmen.

Una niña distinta tiene que tener una Primera Comunión distinta y para idearla, lo primero que hicimos fue visitar el lugar de la celebración. Una zona de campo con caballos que nos recordaba a un rancho de los del viejo oeste. Nos imaginamos como debía ser una fiesta en esa época. Quizá usarían para decorar elementos del día a día decorados con cintas de colores, algo de la pintura que sobró cuando se pintó el granero y flores sencillas que crecen en las cercanías, como margaritas. 

Con esa idea en la cabeza, hicimos un cartel de bienvenida con un marco de madera reutilizada, que pintamos de rosa, y para sostenerlo, nos nos resistimos a nuestro gusto por reutilizar lo que encontramos en almonedas, el palo de un barco de vela latina sobre una base de madera y, la primera visión de lo que iba a ser nuestro hilo conductor, el vidrio verdoso, que no verde, con el que se hacían las damajuanas, los especieros y demás hace muchos años, ese vidrió en el que se quedan atrapadas burbujas de aire y que brilla bajo el sol como un diamante. 




Para la distribución de mesas, más elementos vintage, unas patas de madera, de esas que ahora están tan de moda, y mas vidrio. También una alzabara recogida en el campo y pintada de rosa.


Para la mesa dulce, la misma tónica, botes antiguos, flores y algo de madera. Por supuesto todos los dibujos son a juego con el recordatorio que también hicimos ¿El resultado final de todo el conjunto? Bonito, elegante y por lo que nos dijeron, distinto e inolvidable. Esperamos que os guste tanto como a nosotros.



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